La Sociedad General de Autores y Editores, fundada en 1899, con más de 90.000 autores asociados y un repertorio de más de tres millones de obras, asegura que su "razón de ser" es la "pasión por defender los derechos de los creadores y, por ende, el patrimonio cultural".

Sin embargo, estos nobles objetivos contrastan con la imagen que se ha cosechado la SGAE en muchos ámbitos de la sociedad, en la que muchas voces denuncian el afán recaudatorio de una entidad privada que empieza a estrechar el cerco sobre todos aquellos locales públicos susceptibles de reproducir música o imágenes.

La gestión de la SGAE siempre está rodeada de polémica, y el caso más claro es la imposición del canon compensatorio por copia privada, el llamado canon digital, un impuesto añadido a los nuevos soportes digitales que ha enfrentado a la SGAE con toda la industria electrónica y ha generado rechazo en un amplio sector de la sociedad.

La última controversia protagonizada por la entidad es la exigencia a las peluquerías de pagar un canon por poner la radio en el hilo musical.